La primera película muda fue creada por Louis Le Prince en 1888. Era un filme de dos segundos que mostraba a dos personas caminando alrededor del jardín roundhay garden, se tituló El Jardín de Roundhay.
Dado que el cine mudo no podía servirse de audio sincronizado con la imagen para presentar los diálogos, se añadían títulos para aclarar la situación a la audiencia o para mostrar conversaciones importantes.
El escritor de títulos se convirtió en un profesional del cine mudo, hasta tal punto que a menudo se le mencionaba en los créditos al igual que al guionista. Los "intertítulos" (o títulos, como se les llamaba en aquel entonces), se convirtieron en elementos gráficos por si mismos, ya que ofrecían ilustraciones y decoraciones abstractas que hablaban sobre lo que podíamos ver en pantalla.
Las proyecciones de películas mudas normalmente no transcurrían en completo silencio: solían estar acompañadas por música en directo, habitualmente improvisada por un pianista u organista.
El cine mudo requería un mayor énfasis en el lenguaje corporal y en la expresión facial, para que la audiencia pudiera comprender mejor lo que un actor estaba representando en la pantalla.
La mayoría de las películas mudas fueron filmadas en Francia a velocidades más lentas que las películas con sonido.
En los años previos a la introducción del sonido se filmaron literalmente miles de películas mudas, pero un número considerable de ellas (algunos historiadores estiman que entre el 80 y el 90 por ciento) se han perdido para siempre.
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